El Gobierno que preside Largo
Caballero y del cual es también ministro de la Guerra, se preocupa seriamente
de los problemas que se plantean e inicia la creación de las Brigadas y
Divisiones -cosa que ya hemos detallado en el capítulo anterior- El ministro de
Justicia, García Oliver, es encargado de la creación de Escuelas Populares de
Guerra, por las que habrán de pasar todos los nuevos oficiales, que han de ser
los mandos del Ejército Popular.
En Valencia, se abre la Escuela
Popular de Guerra, que se desarrolla con una amplitud asombrosa, a pesar de
tropezar, desde su fundación, con múltiples dificultades de todos los órdenes
Salen de ella, los primeros oficiales, que se encuadran en compañías y ha
batallones.
El resultado, ya desde el
principio, es magnífico. Todo hace prever que en poco tiempo, la España
republicana de acuerdo con los nuevos métodos puestos en práctica, llegará a
tener unos oficiales Perfectos y unas Divisiones bien encuadradas, para oponerse
al enemigo.
La labor del Gobierno, va siendo
positiva. Pero el Partido Comunista Español, esa planta exótica, que nunca había
Podido desarrollarse en España, por falta de raigambre temperamental, recibe órdenes
y consignas. Ordenes y consignas que lleva a la practica, con meticulosa
exactitud. Por lo visto, el Gobierno de la U.R.S.S. quiere cobrarse doblemente
el favor que hace al pueblo español, suministrándole algunas armas y
municiones. No se conforma en cobrarlas a altos precios y en oro. Quiere más. Y
pretende intervenir, controlar todos los movimientos de carácter militar y político
que puedan suceder en España.
El Partido Comunista -obedeciendo sin duda a estas consignas- entabla una ofensiva a fondo,
contra el Gobierno. Largo Caballero. Ya no le basta con estar representado en el
mismo, en proporciones favorables. Quiere constituir un nuevo Gobierno, en el
que predomine. Quiere un Gobierno que esté sujeto a las órdenes exclusivas y a
los caprichos de la U.R.S.S.
Les más pequeños fallos,
aquellos pequeños errores que, todos cometemos, son aprovechados por los
comunistas para arremeter contra el Gobierno. Culminan de manera indignamente
estas intrigas y conspiraciones, cuando Málaga cae en poder del enemigo.
La caída de Málaga, se explota
por los comunistas. Se presenta el hecho, como una cosa catastrófica. Como un
fallo enorme del Gobierno Largo Caballero. Por todas partes, encuentra motivos
para exigirle responsabilidades, sin pararse a razonar en lo más mínimo. No
tenían en cuenta que la pérdida de Málaga, era un asunto en el que quizás
ellos, tenían una gran parte de culpa y la máxima responsabilidad. Allí en Málaga,
tenían un representante. El jefe, político de la defensa de Málaga, Dr. Bolívar,
el incondicional instrumento del Partido Comunista que poco tiempo antes de la
caída de la ciudad, había estado en Rusia a recibir instrucciones del Gobierno
soviético, relacionadas con la actuación de los comunistas en la guerra de
España.
El coronel Villalba -que por
espacio de algún tiempo, había sido el jefe de las principales fuerzas de
Norte Aragón y que había sido relevado de su cargo -fue nombrado por el
Gobierno, para tomar él mando de las fuerzas de Málaga. Excusa decir que la
papeleta a resolver por el mencionado coronel, era en extremo difícil, ya que Málaga,
al hacerse cargo él de su defensa, no tenía ya solución.
Esto no fue óbice para que
Villalba, por el solo hecho de haber sido designado por el Gobierno Largo.
Caballero, sufra la persecución comunista. El Partido Comunista hace recaer
toda la responsabilidad, consiguiendo finalmente que sea detenido y sumariado.
Mientras tanto contra el Dr. Bolívar,
que era el jefe político de Málaga, no se toma ninguna providencia. El Partido
Comunista. cuida de ponerlo a buen recaudo, excluyéndole de toda clase de
responsabilidades.
Es de suponer que Bolívar tenía
que ser mucho más responsable que Villalba de la pérdida de la mayor parte de
la provincia de Málaga, ya que el mismo, ostentaba el mando político de todo
aquél sector, desde el principio de la guerra.
En este ambiente enrarecido, de ataques innobles, de bajas, pasiones, de murmuraciones de todos contra todos llegamos al mes de Mayo de 1937. Y con él, a los sucesos de tan triste recuerdo, que por su importancia merecen un capítulo aparte.
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