Sofocado completamente el
movimiento en Barcelona, se procedió inmediatamente a la organización del
Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña, integrado por todos los Partidos
antifascistas y organizaciones obreras.
Lo primero que se hizo fue examinar
la situación del resto de Cataluña.
En los pueblos pequeños no ocurría
apenas nada. Pequeños incidentes locales, sin importancia. Solo en las
ciudades, donde existía guarnición —como Mataró, Gerona, ete.— se
observaba un nerviosismo bien marcado, nerviosismo que se fue desvaneciendo,
cuando se conoció la noticia de que Barcelona, había quedado completamente
libre y en poder de las autoridades republicanas. Lérida, en principio, fue
ocupada por el Ejército sublevado. Pero, al llegar la noticia del triunfo de la
causa republicana en Barcelona, los militares comprometidos y los falangistas de
la población civil, abandonaron rápidamente la ciudad, retirándose hacia las
tierras de Aragón.
Contribuyó poderosamente a que las
guarniciones de toda Cataluña depusieran las armas, el llamamiento y la orden
de rendición cursada por el general Goded, por medio de la radio. Y así pudo
verse a personas, que se encontraban forzadas a seguir el movimiento, y se
presentaban rápidamente a las autoridades locales informándoles de todos los
peligros y de las complicaciones que con carácter general, podían sucederse en
los diferentes centros públicos.
De todas formas puede decirse que
Cataluña, fue ganada para la República, en pocos días.
Los enemigos del régimen
republicano, se diseminaron completamente. Unos hacia tierras de Aragón. Otros
al extranjero, y, el resto o bien permaneció escondido, en los lugares donde se
creyó más seguro, o bien hizo acatamiento a los vencedores, fingiendo un
entusiasmo, por la causa republicana, que nunca había sentido.
Y así, con el triunfo en
Barcelona, puede decirse que toda Cataluña, abatió a los sublevados y la
tierra catalana, íntegramente, continuó fiel como siempre a la República.
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